Un engranaje provoca que el siguiente se mueva, y a su vez, éste mueve al que le sigue. Es una sucesión lenta pero constante, que no falla; siempre va a fluir y rara vez se detendrá. A veces unas piezas rozan con otras y esto puede hacer que el mecanismo se atasque, moleste e incluso se pare, pero las pequeñas tristezas que entorpecen su movimiento no son nada comparadas con las sonrisas y carcajadas que lo engrasan.
Hay a quien se le oxida antes, porque no lo cuida o lo trata mal; quien de tanto usarlo, lo desgasta; y quien a base de esfuerzo y dedicación consigue fortalecerlo y que le dure muchos años. Es raro que al nacer nos toque uno defectuoso (y menuda putada si te toca), pero lo peor para este mecanismo es el paso del tiempo. Lo que más pesa son los años, que consiguen marchitarlo y hacer, con tantos golpes, que los problemas aparezcan. Aunque el verdadero problema aparece cuando, sin saber muy bien por qué, el mecanismo se acelera al ver a alguien, y piensas que se te va a salir del pecho. El corazon es una máquina perfecta para amar y ser amado, aunque yo soy más de pensar que es el motor que nos mueve, ya sea porque contiene nuestras ilusiones o porque consigue mover litros de sangre en segundos.
Hay a quien se le oxida antes, porque no lo cuida o lo trata mal; quien de tanto usarlo, lo desgasta; y quien a base de esfuerzo y dedicación consigue fortalecerlo y que le dure muchos años. Es raro que al nacer nos toque uno defectuoso (y menuda putada si te toca), pero lo peor para este mecanismo es el paso del tiempo. Lo que más pesa son los años, que consiguen marchitarlo y hacer, con tantos golpes, que los problemas aparezcan. Aunque el verdadero problema aparece cuando, sin saber muy bien por qué, el mecanismo se acelera al ver a alguien, y piensas que se te va a salir del pecho. El corazon es una máquina perfecta para amar y ser amado, aunque yo soy más de pensar que es el motor que nos mueve, ya sea porque contiene nuestras ilusiones o porque consigue mover litros de sangre en segundos.