miércoles, 15 de abril de 2015

Quedar(me) con lo bueno

Que la vida son dos noches y el día de en medio te lo pasas durmiendo y de resaca (o algo así). 
Hacerme en la cama para romperme en tus brazos, mientras pienso que no merece la pena volver a pasarlo mal -claro que si lo miras bien, sin pena no hay sonrisa, igual que sin lunes no hay martes y sin mi no hay yo-. Y lentamente me re-hago, cada vez más sin tu ayuda, porque he aprendido a quedarme con lo bueno, y que si a ti no te tengo no quiere decir que esté sola.Ahora ya puedo decir que no eres el único que me llena, y que aunque tú no estés (y pese a que eres el que me ha dado mis mejores textos) sé qué escribir. 
Y ya sé que te la suda, pero alejarme de ti es lo mejor que he hecho nunca, y tenerte lejos me inspira (casi tanto como tenerte dentro). Había pasado tanto tiempo a tu lado que ya me había acostumbrado a tu presencia, soñar contigo cada noche era rutina y que al acercarte sintiera una presión en el pecho que me asfixiaba no era nada raro.
Pero lo siento mucho, he dejado toda esa mierda atrás, y la sensación de libertad me pone (sí, a secas). Que aunque abundes más que el resto, rescatar a los débiles es lo mío; y hay miles de momentos que valen muchísimo más que la pena.
La sonrisa hace juego con mis ojos y es más fácil de combinar, así que jodete querido Dolor, me quedo con los buenos momentos.

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